jueves, 7 de mayo de 2015

El Poder de las Religiones

    Las religiones son el esqueleto de la historia de la humanidad. Nadie sabe cómo, cuándo o por qué surgió la primera religión, así que asumimos que están ahí desde siempre. Pero, ¿para qué sirven, además de para disfrutar de beneficios fiscales?¿Para que los hambrientos de poder controlen a las masas?¿Para consolar a los pobres, a los asustadizos, a los ingenuos y a los ignorantes? Decídalo usted, porque los dioses saben bien que yo no voy a ser neutral y diplomático en este tema.
    Desde la antigua Mesopotamia hasta la cultura actual, siempre hemos estado dominados por un pensamiento dogmático u otro.
    Creo que este es el momento de resaltar que aunque esta era contemporánea parece estar llena de ateos, tenemos la ciencia moderna, a la que habitualmente se recurre como un dogma. Esto, a pesar de que la mayoría apenas entienda o sepa nada de los últimos avances técnicos, o de las más recientes teorías, y nos limitamos a repetir lo que dicen los científicos reconocidos. A menudo, sin pensar un poco por nosotros mismos y sin reflexionar sobre lo que estamos diciendo. Por lo tanto, aunque solo sea a efectos prácticos, el pensamiento científico estructurado es otra religión, otro dogma que limita nuestro progreso y nuestro desarrollo intelectual.
    Ese es, sin ninguna duda, el más terrible poder de las religiones. Ralentizar y dificultar un adecuado ritmo de crecimiento como individuos, como sociedad, y como especie supuestamente inteligente. 
    Pero, ahora que lo pienso, quizás sea aún peor, o al menos parecido, el deseo inherente de cada religión de unificar a todos sus seguidores (y a todos aquellos a los que puedan convertir) tras una única forma de pensar, restringiendo así las capacidades de cada individuo, y embotando el filo de nuestro ingenio personal, de nuestra mente, que es lo que nos hace ser quienes somos. Y esto era lo que quería ese tal Jesús. Jodernos a todos, y que la humanidad continuase siendo tan estúpida como en su época por siempre jamás.
    Que conste que me he estado refiriendo a las religiones, al dogmatismo, como herramientas para utilizar a los cansados, a los conformistas y a los necesitados, y que no son lo mismo que la fe. La fe es individual, y no debe nacer de lo que alguien te diga que ha de ser así, sino de lo que tú llegues a creer en base a tus experiencias personales y únicas. Así que "hermanos" y "hermanas", les reúno aquí ante estas mis líneas, para que entiendan y expandan mi mensaje: La fe no es una respuesta. Y tener fe en algo no es razón para creer que conocemos o poseemos la verdad y, por lo tanto, tampoco lo es para que dejemos de buscarla.

Iván Lus
@LusDIvan

No hay comentarios:

Publicar un comentario