sábado, 28 de febrero de 2015

Publicidad y consumo

 Anuncios, anuncios, anuncios.
 Dado que vivimos en una sociedad consumista, cualquiera entiende que la publicidad es algo necesario, ¿no? Pero seguramente, muchos estarán deacuerdo conmigo, en que, en los últimos años, la publicidad ha alcanzado cotas bastante excesivas. 
 Permítanme explicarles mi punto de vista. ¿Cuántos anuncios creen que vemos cuando, por ejemplo, vamos al cine a ver una película? No piensen solo en los trailers o teasers y spots que ponen en la pantalla antes de que comience la “peli”. Dense cuenta de la enorme cantidad de carteles publicitarios que se pueden encontrar a la entrada de cualquier galería. Más aún, si van en coche, seguramente también escuchen anuncios por la radio. Y aún más, si buscaron los horarios de la cartelera, también se comieron anuncios por internet. Y todo esto sin olvidar la publicidad insertada dentro del mismo film.
 Anuncios, anuncios, anuncios.
 ¿Es realmente necesario este exceso de publicidad? Pues casi seguro que sí. Porque, ¿cómo si no íbamos a generarnos nuevas necesidades que cubrir?¿Qué sería de este mundo capitalista si no incitamos el consumo interminable? De hecho, todo aquel que tiene un producto que vender o un servicio que ofrecer, y no genere publicidad, será digerido por nuestro modo de vida insaciablemente capitalista. Porque todos sabemos que publicidad y ventas están directamente relacionados.
 Para mí, no es fácil vivir en un mundo así, pero es el que nos ha tocado y no parece que podamos cambiarlo. Publicidad y consumo. Se podría decir que es casi la definición de la sociedad moderna y, en mi humilde opinión, su mayor defecto.
*Esta entrada ha sido patrocinada por:


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XD
@LusDIván

miércoles, 4 de febrero de 2015

Violencia de género

               La violencia de género es un problema que ha acompañado a la humanidad a lo largo de toda nuestra historia. Y aunque a menudo cometemos el error de creerlo solucionado, lo cierto es que eso está muy lejos de ser cierto. Lo que me extraña es que nadie parece darse cuenta del verdadero problema, de la causa o las motivaciones que pueden llevar a un hombre a abusar físicamente de alguien del llamado "sexo débil". Y es que nos falta una buena educación, con la que aprender a lidiar con los sentimientos negativos que, aunque forman parte de la naturaleza humana, a la mayoría nos superan alguna que otra vez.
                Por supuesto no estoy diciendo ni mucho menos, que eso sea un atenuante de la culpabilidad de las personas que maltratan a sus parejas o a otras personas del sexo opuesto. Pero dado que es ahí donde radica la base del asunto, es ahí donde deberían comenzar las soluciones; enseñando a los jóvenes cómo afrontar adecuadamente la frustración, la rabia, las penas o los celos. Porque uno no coge, un buen día, y se pone a repartir palizas porque sí. Y cuando aprendamos a ponerle remedio a la falta de una correcta canalización de nuestras emociones y sentimientos que más daño nos hacen a nosotros mismos, seguramente, los casos de violencia de género, el acoso y otras manifestaciones de la violencia, desaparecerán de nuestra sociedad.
                No será una tarea sencilla, o este tema sería ya algo del pasado y yo no estaría escribiendo sobre ello, pero nos corresponde a todos nosotros ponerle punto y final. A alumnos y profesores. A trabajadores y jubilados. A todos. Quizás haya que crear una nueva asignatura en las escuelas. Quizás sea necesario modificar una ley. O quizás usted, lector, tenga una idea mejor. Pero si no solucionamos, entre todos, nuestros problemas, ¿quién lo hará?
                Nadie.
                ¿Y cuándo terminará el hecho de que el más fuerte siempre abuse y se aproveche del más débil?

                Nunca.


Iván Lus
@LusDIvan