domingo, 17 de mayo de 2015

Reality Shows. ¿Quieres ser famoso a cualquier precio?

    Parece que cada día que pasa. nuestra televisión, en general, está más inundada de los llamados reality shows. Y digo "llamados", porque en realidad, es bien sabido que de "reality" tienen poco o nada.
    Desde el clásico y conocido "Gran Hermano" (y su versión VIP), a los concursos como "El conquistador del fin del mundo" de ETB o los crea-cantantes como "Operación Triunfo" y "La Voz" (que en mi opinión cada vez tienen más de show y menos de concurso), no pasa un solo día sin que, muy a mi pesar, me tenga que tragar uno de estos programas, a falta de otra cosa. Programas odiosos en los que priman los insultos, las humillaciones y el morbo con tal de conseguir más audiencia. Y lo peor es que los participantes están más que dispuestos a someterse a esos actos que los denigran a ellos, al país, a la televisión (que es un arte), y a la cultura e inteligencia de la humanidad. Lo hacen con conocimiento de causa, con el propósito de ganar algo de dinero fácil, o peor aún, unos efímeros cinco minutos de fama que, en realidad, no les aportarán nada. Aunque no hay que olvidar a esos pocos ya famosos que son, tristemente, grandes iconos mediáticos y están aún más dispuestos a montar bochornosos escándalos con tal de conservar esa fama, que en su caso, sí que va acompañada de ridículamente enormes sumas de dinero y un alto nivel de vida.
    Todo esto es algo que deprime a un adicto a la televisión de calidad como creo que soy yo. Ver cómo unos concursantes vascos arrancan trozos de carne cruda con los dientes, de una pieza colgada y sin limpiar, y que luego se quejen de que apestan a "la mierda que aún estaba en los intestinos", no resulta nada agradable. Tampoco lo es ver a un ya muy denigrado famoso (aunque quizás no lo suficiente, pensarán muchos), con problemas serios de sobrepeso, revolcarse desnudo en el jacuzzi de una casa llena de cámaras.
    ¿Por qué tienen tantos espectadores? No me lo explico, la verdad. Y si usted, lector, piensa como yo, se preguntará: ¿Podemos hacer algo al respecto? Yo también me hice esa pregunta. Y el primer paso es unirnos, alzar la voz y protestar (como estoy haciendo yo ahora). 
¡Queremos más "Saber y Ganar"! 
¡Queremos más "Discovery Max"!
    El conocimiento, el aprendizaje y la decencia no son antónimos de entretenimiento y diversión. Son sinónimos de televisión de calidad.

@LusDIvan


viernes, 15 de mayo de 2015

Cambio Climático. Consecuencias a Corto-Medio plazo

    Este parece ser uno de los grandes peligros a los que nos enfrentamos, o eso, al menos, vemos constantemente en los medios. La ONG Greenpeace ( http://www.greenpeace.org/international/en/ ) nos ofrece cada mes un nuevo anuncio sobre el deshielo de los polos. Y cada dos por tres llevan a algún grupo de famosos a que lo vean por sí mismos y nos conciencie al resto. No es que crea que no debemos proteger el Ártico, todo lo contrario, pero este planeta ya ha vivido otros cambios climáticos. Y sigue al pie del cañón.
    Aunque, por otro lado, seguramente este sea el primero que tendrá que sufrir, y el primero que no sucede por causas naturales. Y es que corremos un grave riesgo de causar un desastre medioambiental que borrará del mapa una gran cantidad de especies. Además, a todos esos a los que esto les parece un problema ajeno he de decirles que la humanidad también se verá al borde de la aniquilación total. Los que no mueran congelados, se morirán de inanición. Y el desgraciado que sobreviva, se morirá de aburrimiento. De poco les servirá el dinero entonces (salvo como alimento del fuego) a los propietarios de esas petroleras que solo piensan en aumentar su ridícula colección de millones.
    Imagino que en este punto, a usted lector, le parezco un loco pesimista. Pero la realidad es la que es. La realidad es que, ahora mismo, todos podemos apreciar ya los efectos del futuro clima que algún día tendremos. Tanto el final, como el principio y la duración e intensidad del invierno varían año tras año. Y obviamente, lo mismo sucede con las otras tres estaciones.
    Dejaré clara mi postura (como si no lo hubiera hecho ya) diciéndole que la pregunta que en realidad debemos hacernos no es cuáles son las consecuencias del cambio climático a corto-medio plazo. Preguntémonos como podemos afrontar el seguramente ya inevitable golpe que le hemos causado a nuestro hogar, el planeta Tierra. ¿Lograremos superarlo? O incluso, ¿seremos capaces de convertirlo en algo positivo para todos aquellos que conviven con nosotros en un mundo tan maravillosamente diverso? Y sobre todo, preguntémonos esto: ¿Realmente merecemos vivir en este Jardín del Edén?

Iván Lus
@LusDIvan



P.D.: Si has leído este artículo hasta el final, confío en que lo siguiente que hagas sea colaborar, de la forma que sea con alguna campaña de cualquier ONG que luche por remediar el cambio climático, porque necesitan tu apoyo. ¡Entre todos podremos!


jueves, 7 de mayo de 2015

El Poder de las Religiones

    Las religiones son el esqueleto de la historia de la humanidad. Nadie sabe cómo, cuándo o por qué surgió la primera religión, así que asumimos que están ahí desde siempre. Pero, ¿para qué sirven, además de para disfrutar de beneficios fiscales?¿Para que los hambrientos de poder controlen a las masas?¿Para consolar a los pobres, a los asustadizos, a los ingenuos y a los ignorantes? Decídalo usted, porque los dioses saben bien que yo no voy a ser neutral y diplomático en este tema.
    Desde la antigua Mesopotamia hasta la cultura actual, siempre hemos estado dominados por un pensamiento dogmático u otro.
    Creo que este es el momento de resaltar que aunque esta era contemporánea parece estar llena de ateos, tenemos la ciencia moderna, a la que habitualmente se recurre como un dogma. Esto, a pesar de que la mayoría apenas entienda o sepa nada de los últimos avances técnicos, o de las más recientes teorías, y nos limitamos a repetir lo que dicen los científicos reconocidos. A menudo, sin pensar un poco por nosotros mismos y sin reflexionar sobre lo que estamos diciendo. Por lo tanto, aunque solo sea a efectos prácticos, el pensamiento científico estructurado es otra religión, otro dogma que limita nuestro progreso y nuestro desarrollo intelectual.
    Ese es, sin ninguna duda, el más terrible poder de las religiones. Ralentizar y dificultar un adecuado ritmo de crecimiento como individuos, como sociedad, y como especie supuestamente inteligente. 
    Pero, ahora que lo pienso, quizás sea aún peor, o al menos parecido, el deseo inherente de cada religión de unificar a todos sus seguidores (y a todos aquellos a los que puedan convertir) tras una única forma de pensar, restringiendo así las capacidades de cada individuo, y embotando el filo de nuestro ingenio personal, de nuestra mente, que es lo que nos hace ser quienes somos. Y esto era lo que quería ese tal Jesús. Jodernos a todos, y que la humanidad continuase siendo tan estúpida como en su época por siempre jamás.
    Que conste que me he estado refiriendo a las religiones, al dogmatismo, como herramientas para utilizar a los cansados, a los conformistas y a los necesitados, y que no son lo mismo que la fe. La fe es individual, y no debe nacer de lo que alguien te diga que ha de ser así, sino de lo que tú llegues a creer en base a tus experiencias personales y únicas. Así que "hermanos" y "hermanas", les reúno aquí ante estas mis líneas, para que entiendan y expandan mi mensaje: La fe no es una respuesta. Y tener fe en algo no es razón para creer que conocemos o poseemos la verdad y, por lo tanto, tampoco lo es para que dejemos de buscarla.

Iván Lus
@LusDIvan

viernes, 1 de mayo de 2015

Viajar al extranjero

    El enriquecimiento personal que proporciona un viaje, y una experiencia en el extranjero es casi invaluable. Personalmente, algunos de mis mejores recuerdos pertenecen a algún otro país, así que sé bien que viajar por el mundo te otorga una amplitud de miras y, cuando vuelves, lo ves todo con otros ojos. A veces, incluso dejas de entender por qué la gente a tu alrededor actúa como lo hace. Quizás sean cosas muy propias y personales que cada uno experimenta a su manera, pero lo que nadie puede discutir es que las cosas que se aprenden observando el arte que esconde el Vaticano o descubriendo los secretos que nos ofrece el museo Británico no son tan fáciles de aprender desde un libro o desde un aula en tu escuela.
    Así que yo recomiendo viajar tanto como se pueda. Porque aunque fuese cierto que como en casa no se vive en ningún sitio, en vacaciones nunca se está mejor que fuera.
@LusDIvan