jueves, 15 de mayo de 2014

Sal y corre


No pierdas más tiempo. Sal y corre a buscar tu destino, sea cual sea. Esquiva obstáculos. Acepta retos. Supera desafíos. El Sol siempre sale por el mismo lado y se propone que todos los días sean iguales. No se lo permitas. Enfréntate al camino escrito e invéntate el tuyo propio. Prueba cosas nueva y saboréalas las veces que hagan falta. El dulce de la vida no lo encontrarás en tu armario, está ahí fuera, esperando y buscándose a sí mismo. Déjale el limón a los malvados que se interponen entre tu felicidad y tú. Que hagan limonada si quieren, pero que lo hagan lejos de tu vista.
Convierte el tiempo en tu aliado:
- Abraza el dulce cada mañana.
- Contempla el color con ojos rosas.
- No te olvides de saborear bien la fruta a cualquier hora, de la noche o del día.
- Sonríe siempre a la blanca noche.
- Y repite de nuevo al día siguiente. Porque aún haciendo lo mismo será un día completamente distinto del que poder disfrutar.
Quizás puedas entender lo que quiero decir (ni yo sé si lo he hecho). Quizás encuentres otro significado a mis sabias palabras. Es cosa tuya. Puede que mía también. O puede que no. Depende de quien seas tú. ¿Quién eres? ¿Lo sabes? Yo no. Pero salgo y corro igualmente. En busca de mi dulce chocolatina. Tal vez, en la próxima esquina. ¿Dónde estará? ¿Se esconde de mí bajo una piedra o tras algún muro? Es posible. Pero es más que probable que me esté buscando por otro lado. Lejos. En otro mundo. ¿Cómo saberlo? No se puede saber. Pero salgo y corro igualmente. Y hoy conduciré más deprisa. Haz tú lo mismo. Sal y corre. Sal y corre sin prisas, pero no pares nunca. La vida es una carrera sin meta, sin rumbo ni recorrido alguno. Pero tu sal y corre de todos modos, o perderás la única carrera que importa. La de tu camino.





Poesía del s.XXI

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