jueves, 29 de enero de 2015

La salud pública y delitos contra ella

 No cabe la menor duda de que la salud pública es un tema que nos atañe a todos. Pero, ¿nos preocupamos lo suficiente?¿somos realmente conscientes de la importancia de este tema en nuestra sociedad? En mi opinión, no.
 ¿A qué ilustre pensador se le ocurrió que sería una magnífica idea añadir alquitrán al tabaco?¿Por qué no se promueve más la fabricación de vehículos que contaminen menos el medio ambiente?¿O por qué la lucha contra las drogas no termina de tener éxito? Podríamos pasarnos el día haciéndonos este tipo de preguntas, pero lo cierto es que conocemos de sobra la motivación contra casi cualquier atentado contra la salud de todos los ciudadanos: nuestra propia sed de dinero. ¿No opina lo mismo?
 Como sabemos, debido a la escasez de recursos, la sanidad pública en España no está en su mejor momento, pero, ¿no le iría un poco mejor si todos tomamos medidas de prevención? Ya lo dice el refrán: "mejor prevenir que curar". Y, siguiendo mi costumbre de plantear interrogantes, ¿qué podemos hacer? Yo propongo, por ejemplo, que se dedique algo de tiempo a incentivar con más ahínco el reciclaje. O que se aplique un producto químico al asfalto de nuestras carreteras que reduce el nivel de contaminación ambiental producido por las emisiones de CO2 de nuestros coches, que por si no lo sabe, existe, y ya se utiliza en unos pocos lugares. Se me ocurre también que se debería dedicar más esfuerzo a promover actividades de ocio saludable, con el propósito de reducir el uso de sustancias nocivas que todos acostumbramos a consumir en los momentos que solemos dedicar a divertirnos o relacionarnos. Y no me refiero a drogas, que también es cierto que demasiada gente consume, sino al alcohol o el tabaco, que por muy legales que sean, siguen siendo dañinas para nuestro organismo, y aún así, algunos más y otros menos, por costumbre, es habitual que nos reunamos regularmente con amigos en bares o clubs a tomar unas cervezas.
 Ahora, después de que yo haya propuesto algunas medidas, aunque seguramente sean discutibles desde algún punto de vista incomprensible para mí, es tu turno. ¿Qué opinas tú?


viernes, 23 de enero de 2015

Hábitos alimenticios y salud

               Ya sea por falta de información, por dificultades en nuestra vida cotidiana o porque nos encanta apoltronarnos frente a la televisión, en España, uno de los países con mayor porcentaje de obesidad infantil de todo el mundo, carecemos, por norma general, de buenos hábitos alimenticios
                Es habitual que en los hogares españoles exista gran tolerancia respecto a la mala alimentación de los niños, permitiéndoles que coman lo que les apetezca, que se salten comidas o que las disfruten a la hora que les plazca. Aún sin entrar en casos extremos de anorexia, bulimia o vigorexia, y que ocurren más frecuentemente de lo que creemos, los ciudadanos de este país no parecemos querer tener unos buenos y saludables hábitos a la hora de alimentarnos. Por consiguiente es complicado que nuestros hijos, que aprenden por imitación, los adquieran.
                Lo peor es que cuando intentamos mejorar nuestra dieta, tendemos a hacer caso a lo que nos dicen los amigos y conocidos, que se suelen contradecir unos a otros y a menudo saben tan poco como nosotros mismos, en lugar de acudir a un experto en nutrición, que aclare nuestras dudas y nos ayude de manera personalizada.
                También acostumbramos a poner excusas para no hacer ejercicio y por ello, muchos, en busca de una necesitada pérdida de peso, recurren a la privación o sustitución de comidas. Me gustaría insistir en que es mucho más sano hacer deporte y que en realidad todos disponemos de tiempo más que suficiente, que usualmente elegimos malgastar en actividades que no nos aportan nada. Aún así, las personas que pasan una hora en el gimnasio por día siguen siendo vistas como obsesas del fitness, cuando en realidad es una buena costumbre que todos deberíamos adquirir.

                Así que por favor, lector o lectores, tened siempre presente que además de tener una dieta equilibrada, es necesario tener una vida activa si queremos gozar de buena salud desde la infancia hasta la vejez.

@LusDIvan


martes, 6 de enero de 2015

Pequeño comercio Vs. Grandes superficies

        Se me pide que exponga mis pensamientos sobre la competitividad existente entre los pequeños comercios y las grandes superficies. Pero, ¿qué se puede decir sobre esto, que no sea ya bien conocido por todos? Poco o nada. El pequeño negocio tiene generalmente todas las de perder. Las grandes superficies, que casi siempre forman parte de una cadena con edificios bien repartidos por todo el país, o incluso a lo largo del mundo, tienen más recursos para seguir invirtiendo y prosperando.
Pongamos como ejemplo una cafetería. El dueño de una de estas opciones de negocio, tendrá por delante mucho papeleo incluso después de invertir gran parte de su capital y podría, incluso, perder todo el dinero adelantado si finalmente no logra abrir el local. Por otro lado, una cadena como “Starbucks” solo tendría que contratar a alguien que se encargue de todos los trámites, mientras que sigue obteniendo beneficios gracias a sus otros locales. Y si, finalmente no pudiera abrir, sus pérdidas serían más asequibles.
En cuanto a los precios de sus productos, sinceramente, desconozco si son más caros o más baratos, aunque opto por lo segundo. Lo que si sé, es que el pequeño comercio deberá adaptar sus precios a los marcados por los grandes negocios. Además, los costes de una modesta tienda, serán sin duda mayores, ya que vivimos en un mundo de producción en serie que premia a los que más gastan con considerables descuentos en el coste por unidad.
Por todo ello, mi conclusión sería la siguiente: Si tu intención es dar vida a un nuevo negocio, y por mucho que me pese, camina sobre seguro y, que sea una franquicia de una marca bien conocida que te respalde, o alquílarle un local a unos grandes almacenes, a menos que hayas dado con una gran idea innovadora, claro que esto no ocurre todos los días. Pero al final, la decisión es únicamente tuya. Ve con calma o arriésgate.



viernes, 2 de enero de 2015

Pureza o libertad en el uso del lenguaje

El otro día, manteniendo una conversación (ligera), sobre el uso del lenguaje tras la siempre creciente revolución de las nuevas tecnologías, me preguntaron: “Pureza o libertad, ¿tú con quién vas?”. Lo cierto es que me quedé sin saber que responder. Pero ahora, pasados unos días, y habiéndolo meditado con calma, lo tengo bien claro. Libertad. Porque lo más importante del lenguaje que usemos, sea el que sea,  es sin lugar a dudas, el hacernos entender. Siendo esto así, ¿qué importancia tiene si nos comemos alguna que otra vocal, o utilicemos expresiones, por todos conocidas, como “tqm” o “bss”? Aunque tampoco debemos olvidar con quién estamos conversando, ya que siempre existe la posibilidad de que no nos entiendan o de que nos consideren irrespetuosos.
Por lo tanto, como lo importante es comunicarnos, ¿no será mejor que tengamos, al menos, un mínimo conocimiento de todas las jergas posibles? Además, la R.A.E. cambia sus “estiradas” normas cada año. Yo no podría seguirles el ritmo ni aunque quisiera. Resulta que ahora han cambiado muchas reglas de ortografía que aprendí a rajatabla (y a base de algún que otro reglazo) cuando era un niño.
Otra razón de peso para estar a favor de la libertad en el uso del lenguaje es, que en nuestra sociedad, lo correcto y lo incorrecto en todos los ámbitos (ética, ciencias, conocimientos, etc.) , está siempre sujeto al tiempo y al entorno en el que vivimos. Y ya que la libertad sexual, por poner un ejemplo, es hoy en día algo aceptable, ¿por qué no va a serlo la libertad a la hora de expresarnos con siglas y tecnicismos?
Este fue mi alegato güeys, así q m las piro y a otra cosa mariposa. Paz xo no sigáis dándome la chapa con chorradas de PCs, smartphones, o videojuegos de las PS. Ciao y q os den, mamones.
P.D.: La libertad de expresión mola mazo troncos.

XD